






Es importante comprender que no es correcto opinar sobre las cuerdas de las personas. Es violento y no es productivo. Ahora, lo que parece un reto mayor es poder mejorar nuestro lenguaje interno, la forma como nos hablamos a nosotras mismas sobre el tema.
Les proponemos un ejercicio: Mirémonos al espejo y digamos en voz alta todo lo que nos gusta de nosotras mismas.
¿Qué queremos decirnos?
Ilustraciones de Patricia Polanía