Ecofeminismo y la relación sociedad-naturaleza

Post G.S.

“Hay otros mundos posibles. Pero tenemos que cambiar nuestra forma de mirar, porque eso modifica prácticas”

Paula Nuñez

Desde comienzos de septiembre en Vita venimos hablando del concepto de “matria” y de reivindicar los derechos sobre nuestros cuerpos-territorios. Y una perspectiva que nos invita a revalorizar la corporalidad y la naturaleza es el llamado “Ecofeminismo”. ¿Lo conoces?

El ecofeminismo invita a revalorizar tu corporalidad de interconexión con los seres vivos y la naturaleza.

¿Qué es el ecofeminismo?

“Ecofeminismo” es un término bastante actual para nombrar prácticas que son ancestrales: respetar el vínculo naturaleza-sociedad, poner al centro la interdependencia de la humanidad toda, recordar lo valioso del cuidado colectivo para la supervivencia.

Surge como una corriente organizada en la década de 1970, en Estados Unidos, al calor de las luchas antinucleares. Hoy, desde Latinoamérica, aportamos al ecofeminismo grandes experiencias de organización colectiva en contra del extractivismo y la destrucción de nuestras tierras, contra el exterminio de las poblaciones originarias y de los saberes y valores que construímos a lo largo de nuestra historia.

El Ecofeminismo propone tomar medidas prácticas de conservación del ambiente que se apoyen en el saber tradicional de las mujeres rurales, sustituir el monocultivo industrial por la diversidad de semillas autóctonas, descentralizar y favorecer la participación de los grupos excluidos en la toma de decisiones.

Las opresiones que vivimos las mujeres están estrechamente vinculadas a la opresión y destrucción de la naturaleza. Más en vita-activa.org

¿Cómo se relacionan el feminismo y el ambientalismo?

La filósofa feminista Maristella Svampa explica cómo desde el nacimiento de la modernidad se vinculó el concepto de lo femenino con la naturaleza. Los dualismos de la época marcaron la separación entre mente-cuerpo, razón-espíritu, hombre-mujer, cultura-naturaleza. En esa diferenciación, uno de los términos de la dualidad quedó inferiorizado aún hasta nuestros días.

Desde aquel entonces, y sobre todo a través del discurso científico, todo lo relacionado a lo femenino, la espiritualidad, la corporalidad y la naturaleza, quedó establecido como inferior. Y por lo tanto susceptible de ser conquistado, sometido, destruído a través de la razón y el progreso capitalista. Fue la gran época de colonización de América Latina, y con ella, de nuestros cuerpos-territorios.

Lo que el Ecofeminismo postula entonces es que las opresiones que vivimos las mujeres están estrechamente vinculadas a la opresión y destrucción de la naturaleza. Así, quienes más sufren las consecuencias de la crisis socioambiental que atravesamos son niñeces y cuerpos feminizados.

¿Qué podemos hacer?

Sabemos que la crisis ambiental no se solucionará con acciones individuales, y que nadie se salva sola. Pero si quieres comenzar a integrar la propuesta ecofeminista a tu vida, quizás puedes empezar por aquí:

  • La cuerpa alberga nuestras experiencias, deseos, y miedos más grandes. Escúchala. No ignores sus señales. Las emociones y sus manifestaciones vienen a enseñarnos mucho sobre nosotras.
  • Cuidar, escuchar e intentar comprender a otres son facultades relacionales que todes poseemos, no sólo las mujeres, aunque se nos imponga lo contrario. Intentar recuperar esta perspectiva desde una mirada equitativa global hará que el mundo sea un lugar donde podamos vivir de una forma más justa.
  • Sé consciente de tu huella de carbono y de pequeñas acciones para cuidar la madre tierra. Por ejemplo, conectate con los saberes y productos locales de tu región
  • Si eres parte de alguna organización o institución, contempla la perspectiva ambiental y feminista desde una mirada compleja en tus prácticas.
  • Si eres periodista o te dedicas a la educación, incluye las voces de comunidades rurales e indígenas, relacionadas al cuidado ancestral de la tierra y la naturaleza.