El lenguaje como herramienta para una internet segura

Post por: Andrea Medina Medina @neapaax de @IntegradosChile y @somosfoich

Mi primer acercamiento a la discapacidad desde el periodismo fue hace poco más de 10 años, cuando comencé a desarrollar la idea sobre cómo internet elimina barreras para las personas con discapacidad y nos hace iguales a todas las personas. Con esa simple premisa comencé a investigar y logré realizar una investigación y un sitio web de noticias para personas con discapacidad. 

El lenguaje puede afectar las interacciones y se puede convertir en una barrera importante para las personas con discapacidad al momento de usar Internet.

Hace 10 años recién comenzaba a educarme sobre la discapacidad (porque ser una persona con discapacidad no significa que una sepa del tema) y aprendí que la discapacidad se genera por las barreras en los espacios físicos y las actitudes de las personas, que generan brechas, inequidades, prejuicios y discriminación, lo que finalmente impide nuestra participación en igualdad de condiciones. 

En mi investigación plantee que el ciberespacio está libre de barreras para personas con discapacidad física, considerando que se eliminan variantes como el cuerpo físico, pasando a un virtual, permitiendo un trato igualitario al no existir espacios físicos, como lugares con escaleras, calles en mal estado, etc., y poder tener un trato en igualdad de condiciones con las demás personas. 

Sin embargo, ya pasados los años, he aprendido más sobre la diversidad dentro de la discapacidad, las implicancias de la discapacidad en nuestra vida, la importancia de la accesibilidad, la autodeterminación, la autonomía y la participación como principios rectores y -por sobre todo- el uso del lenguaje como una herramienta para representar la diversidad. 

He aquí un importante hecho que no aprecié hace 10 años, el lenguaje puede afectar las interacciones y se puede convertir en una barrera importante para las personas con discapacidad al momento de usar Internet. Claro, en esos años era alentador cómo las redes sociales nos abrían el mundo a todas las personas y sobre todo a las personas con discapacidad, que pasamos mucho tiempo en nuestros hogares por la falta de accesibilidad en nuestras ciudades o por la necesidad de asistencia y apoyos para desarrollar actividades. De esta forma, Internet y las redes sociales se volvían una tierra prometida para nuestra autonomía. 

Pero la tierra prometida de los primeros años, se volvió una tierra con matices, claroscuros similares a la tierra física donde habitamos, con espacios seguros, diversos y respetuosos, pero con otros llenos de hostilidad, resentimiento y peligros, que finalmente se convierten en barreras para las personas con discapacidad. 

Sí, porque esta vez no hablamos de barreras físicas, sino de barreras actitudinales, que vuelven a hacer surgir la discapacidad, invadiendo nuestros cuerpos virtuales y dejando una estela en nuestras vidas virtuales, que se traspasa a nuestras vidas físicas y afecta nuestra salud mental. 

Cuando escribí mi investigación hace 10 años, no vislumbré la importancia del lenguaje y la reconstrucción de estereotipos y prejuicios del mundo físico en el mundo virtual. Si bien esto hoy es un problema, no considero que invalide la premisa anterior, sino que más bien actualiza el desarrollo de la idea original, considerando aspectos que han cambiado y evolucionado durante estos años en Internet y nuestras sociedades. 

Las personas con discapacidad buscamos espacios seguros, ambientes donde podamos estar tranquilas y en confianza, sin cuestionamientos a nuestro ser o actuar sólo por tener una condición de salud en particular. Internet nos brinda esto al lograr conectarnos con personas con vidas similares sin importar la discapacidad, pero existen personas que no dan tregua y persisten con la vulneración de nuestros derechos aún en espacios virtuales. 

Existe personas con discapacidad, especialmente jóvenes, que utilizan los espacios virtuales para relatar sus vidas cotidianas y hacer activismo sobre la inclusión de las personas con discapacidad, pero que se ven afectados por comentarios con lenguaje ofensivo, juicios respecto a sus vidas o evidencian prejuicios existentes en el mundo físico en el virtual. Lamentablemente, de esta situación no están ajenas otras personas, como niñas, niños y adolescentes, mujeres, personas de la comunidad LGBTTIQ+, personas indígenas, entre otras que pertenecen a comunidades segregadas. 

Ante este panorama, nuestro deber es afrontar este problema creando conciencia sobre la Internet segura y construyendo ambientes virtuales libres de prejuicios y respetuosos para todos, todas y todes. 

De ahí que debemos volver a lo básico, volver al lenguaje y hacer que sea nuestra herramienta para estas nuevas tareas. Así como el lenguaje es nuestra herramienta para visibilizar a las comunidades segregadas en el mundo físico, hoy debe ser nuestra herramienta para establecer comunidades virtuales seguras, donde prime el trato respetuoso y libre de barreras actitudinales y discriminación.

Las personas con discapacidad buscamos espacios seguros ambientes dónde podamos estar tranquilas y en confianza sin cuestionamientos a nuestro ser o actuar.

El lenguaje es la base de la comunicación, de lo que comunicamos y cómo nos comunicamos, por eso debe ser nuestra herramienta principal para construir una Internet segura para todas las personas. No permitamos que el lenguaje se convierta sólo en manifestaciones de prejuicios, sino que sea la forma como demostramos y validamos la existencia de la diversidad en todos nuestros mundos, el físico y el virtual. 

Seguridad digital con perspectiva de género

Post por:  @luialfaro_  y @monlopez_ de @hijasdeinternet

Internet es un espacio facilitador de derechos humanos, como la libertad de expresión, el libre acceso de información, el derecho a la participación política, entre otros. Cada minuto se publican historias, se comparten fotografías, se expresan ideas y nos conectamos y asociamos con otras personas por este medio. No hay vuelta atrás en esta digitalización acelerada, y tenemos derecho a navegar en una Internet segura. 

Las violencias y ataques que vivimos las mujeres en el plano físico también las trasladan a lo virtual. Las acciones que tomamos para proteger  nuestra integridad digital son un acto de resistencia.

La seguridad digital son todos esos tipos de acciones que podemos hacer para protegernos de riesgos o amenazas en Internet. Esta no es una tarea sencilla, no hay una guía o manual aplicable para todas las situaciones. En particular, las violencias y ataques que vivimos las mujeres en el plano físico también se trasladan a lo virtual.  Las acciones que tomamos para proteger nuestra integridad digital son un acto de resistencia.

Si viviste algún tipo de violencia digital recuerda que no es tu culpa y que no estás sola. Busca redes de apoyo, como amigos, familia o comunidades en Internet (como Hijas de Internet) para hablar sobre cómo te sientes y qué te gustaría hacer al respecto. También puedes acercarte a organizaciones como Vita Activa, Luchadoras o Cultivando Género que acompañan casos de violencia digital. Juntas podemos tomar acciones para estar más protegidas y seguras mientras navegamos en Internet.

Acá describimos algunos ataques a los que estamos expuestas:

  • Ciberacoso

En Internet se reproducen e intensifican las desigualdades de género. Según datos del Módulo de ciberacoso de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las TIC en Hogares (ENDUTIH 2020), en México las mujeres usuarias de Internet declararon haber experimentado alguna situación de ciberacoso en mayor medida que los hombres. Además, el principal tipo de ciberacoso perpetuado contra mujeres es violencia sexual digital. La situación de ciberacoso más común para las mujeres es recibir insinuaciones o propuestas sexuales (36%), mientras que para los hombres es el contacto mediante identidades falsas y la recepción de mensajes ofensivos (37% respectivamente). 

  • Suplantación de identidad

La suplantación de identidad consiste en hacerse pasar por otra persona en Internet. Este tipo de ataques, las formas y sus consecuencias también son diferentes si se analizan con un enfoque de género. La organización civil Cultivando Género A.C. ha acompañado casos de suplantación de identidad de mujeres y adolescentes mujeres en Instagram. Los ataques consisten en sustraer las fotos que publican en sus perfiles personales y hacer sitios webs falsos disfrazados de perfiles de OnlyFans. 

  • Phishing

Es el envío de enlaces falsos, que tienen la apariencia de ser páginas web verdaderas, para robar datos como contraseñas, números de tarjetas de crédito o cualquier tipo de información personal. El año pasado se popularizó un tipo de ataque a través de Facebook Messenger que consiste en la recepción del mensaje “¿Eres tú en este vídeo?” acompañado de un link falso. Este link redirecciona a una página igual al inicio de Facebook y te pide tus credenciales de acceso (correo y contraseña). Si las proporcionas, los atacantes tienen acceso a la información de tu cuenta, como tus mensajes, y la utilizan para perpetuar el ataque. Cultivando Género también ha documentado que este tipo de ataques son dirigidos a mujeres con la amenaza de hacer público contenido íntimo.

La seguridad digital son todos esos tipos de acciones que podemos hacer para protegernos de riesgos y amenazas en Internet.

A pesar de estar expuestas a distintos tipos de violencia digital de género, podemos implementar herramientas que nos hagan sentir más seguras cuando estamos en línea, aquí te dejamos algunas de ellas:

  1. Ponle atención a tus contraseñas. Una contraseña segura debe tener:
  • Más de 15 carácteres (entre más larga mejor). Combina letras, números, carácteres especiales, mayúsculas y minúsculas. 
  • No utilices información personal, como fechas de cumpleaños o el nombre de tu mascota. 
  • Cambia tus contraseñas al menos una vez al año y trata de no repetirlas
  • Tus contraseñas son solo tuyas, no las compartas. 
  1. Verificación de dos pasos. Activar verificación de dos pasos en tus redes sociales, puedes utilizar tu número de celular o correo electrónico. Aquí te dejamos una guía para que sepas cómo activarla en las distintas redes sociales. 
  2. Para combatir el Phishing. Evita abrir links de direcciones desconocidas. Si no tienes certeza de que la fuente es verídica, no proporciones tus datos personales, como contraseñas o cuentas bancarias. Si diste click al enlace e identificas que es falso, cambia tus contraseñas de forma inmediata. 
  1. Modifica las configuraciones de privacidad en redes sociales y en las aplicaciones de comunicación. 
  • Puedes elegir si quieres que tu perfil aparezca en los buscadores. 
  • Revisa tus permisos de ubicación en las aplicaciones que utilizan. Procura no compartir tu ubicación en tiempo real. 
  • Desactiva si quieres recibir anuncios personalizados.
  • Desactiva los permisos de aplicaciones que no utilices. 
  1. Ten cuidado con lo que compartes en redes sociales. Es importante tener control sobre la información personal que publicas. Puedes hacer tu perfil privado o si es público se cuidadosa con la información que compartes.
  • No compartas datos personales, como tu nombre completo o edad. Te recomendamos el uso de seudónimos o sólo compartir uno de tus dos apellidos.
  • Evita compartir fotografías o indicios de la dirección de tu casa o escuela y no compartas información personal sobre familiares y amigos. 
  • Trata de buscar tu nombre en Google periódicamente para que sepas qué información tuya hay pública en la red. 
  1. Si alguien suplanta tu identidad:
  • Bloquea la cuenta que te está suplantando para dificultar que pueda identificar a tus seguidores y ponerse en contacto con ellos. Aquí te dejamos una guía sobre cómo bloquear cuentas en Instagram. 
  • Reporta la cuenta que te está suplantando a la red social y pideles a tus amigos y conocidos que lo reporten. Aquí te dejamos la guía de Cultivando Género sobre cómo reportar casos de suplantación de identidad en Instagram y Wix. 
  • Documenta lo ocurrido, haz capturas de pantalla de los perfiles falsos y de los mensajes que te envíe.

Recursos:

Generar un espacio laboral seguro

Texto e investigación: LMR

Un espacio laboral seguro es un lugar o entorno en el que nos sentimos comodes al colaborar con nuestras equipas de trabajo; y en el que no nos sentimos castigades o juzgades al compartir nuestros pensamientos o cuando admitimos los errores que hemos cometido. En un espacio seguro fomentamos el sentimiento y la práctica de la pertenencia. 

Pertenecer es el deseo humano innato de ser parte de algo más grande que nosotras...nuestro sentido de pertenencia nunca puede ser mayor a nuestro nivel de autpaceptación. Cita de Brené Brown

Un espacio seguro es aquel en el que podemos ser nosotres auténticamente, autoaceptándonos y apoyándonos para crecer y elevarnos juntes.


¿Cuáles son los beneficios de contar con un espacio seguro en tu trabajo?

  • Reduce el estrés y el agotamiento: cuando las equipas de trabajo se sienten seguras en el trabajo, es más probable que expresen sus inquietudes desde el principio y pidan apoyo, lo que evita que los problemas menores se conviertan en mayores.
  • Fomenta la innovación: lo cual está conectado tanto a la creatividad como a la posibilidad de tomar riesgos y sentirse segure en tu lugar de trabajo.
  • La retroalimentación se hace fácil: en entornos de poca confianza la retroalimentación honesta puede ser difícil.  En los espacios seguros de trabajo, la retroalimentación sucede fácilmente de manera continua, lo que genera mejores resultados en las equipas.

¿Cómo generar un espacio seguro en tu espacio de trabajo?

  • Muestra compromiso con tu equipa de trabajo: Presta atención cuando tu compañere hable, valora sus ideas y opiniones. Practica la escucha activa. Puedes hacer preguntas para asegurarte de que entiendes las ideas u opiniones de la otra persona. Al participar activamente, se crea un entorno en el que la gente siente que está bien hablar. 
  • Evita culpar por los errores: Cuando algo va mal, se tiende buscar a alguien a quién culpar. Pero, para construir y mantener un espacio seguro en el lugar de trabajo, debemos centrarnos en las soluciones. 
  • En lugar de “¿qué ha pasado y por qué?”, pregunta “¿cómo podemos asegurarnos de que esto vaya mejor la próxima vez? Estas preguntas convierten la responsabilidad en un esfuerzo de grupo, en lugar de señalar a una persona por un error.
  • Promueve el diálogo: Las equipas de trabajo están llenas de personas con diferentes orígenes y perspectivas, fomentar el diálogo sobre esas diferencias ayuda a generar un espacio seguro. 
  • Establece una conexión emocional: La conexión emocional es una fuerza motivacional muy poderosa de nuestro cerebro, ayuda a nuestro equipo a sentirse incluidas, apreciadas y seguras. 
Un espacio laboral seguro es aquel en el que podemos ser nosotras auténticamente, auto aceptándonos y apoyándonos para crecer y elevarnos juntes.

Referencias:
Mental health in the workplace. Psychological safety work

El dilema de sobreacompañar

Texto: NM; Ilustraciones: PP  

Cuando nos encontramos con una persona en situación de crisis, pueden activarse ciertos mecanismos que, en vez de acompañar, perjudican. Muchas veces creemos que estamos ayudando pero, en realidad, lo que sucede es que sobreacompañamos. Aunque tengamos las mejores intenciones, el sobreacompañamiento provoca efectos negativos en la  de las acompañantes salud mental y en la de quienes se acercan a nosotras para recibir apoyo.

El sobre acompañamiento puede explicarse como una forma de vincularnos con otra persona y en vez de acompañarle buscamos rescatarle o resolver sus problemas.

Para empezar, ¿qué es el sobre acompañamiento? Podría explicarse como una forma de vincularnos con otra persona que, en vez de acompañarles, buscamos rescatarles o resolver sus problemas. Es la acción de imponer las respuestas, sin permitirles explorar las suyas y subestimando su proceso de autorregulación, es decir, la sabiduría que llevan basada en su experiencia y contexto.


En el sentido más adultocrático, sobre acompañar es infantilizar a la persona en crisis, como a un ser inferior que no puede por sí misme. Sin embargo, cuando una persona pide ayuda, hay un indicio de que quiere tomar el camino a sentirse mejor y está en búsqueda de la puerta de la vida. De alguna manera, cuando reconoce que necesita ayuda, esa persona ya tomó sus muletas para caminar y pide que le acompañemos en ese andar. Sin embargo, si hacemos demasiado fuerza por ella, podría desvanecerse y dejar de sostenerse a sí misma.


¿Cómo nos afecta? En realidad, el impulso de solucionar sus problemas puede convertirse, sin quererlo, en el acto de quitarle sus muletas e imponer soluciones que, aunque en nuestra experiencia son válidas, pueden no serlo para les otres. Esta acción no sólo perjudica a la persona que necesita acompañamiento, sino que también pone en riesgo nuestra propia tranquilidad mental y emocional y trae excesiva preocupación.


Entre más grave sea el caso, más fácil es que surja el sobre acompañamiento. Pero en el intento de rescatar, al sobre-acompañar, estamos subestimando a la persona, colocándola en una posición inferior a la persona acompañante y dejando de lado su auto responsabilidad. Desde la perspectiva feminista, en el acompañamiento no hay jerarquía, sino que las personas son iguales en una relación horizontal.


Esa relación horizontal es la que nutre la confianza necesaria para el acompañamiento feminista. Esta confianza “va creciendo como una enredadera con sus formas serpenteantes y sorpresivas, pero firmes. Así también, es una confianza que abraza la autonomía de las mujeres” (La Revuelta, 2018).

Reproducir la horizontalidad en los vínculos es lo que nos permitirá sanar las heridas de forma colectiva, sin reproducir jerarquías. ¿Cómo evitarlo? Por eso, a la hora de acompañar, es útil preguntar “¿Cómo puedo ayudarte?”, en vez de suponer lo que la otra persona necesita. Así es cómo podemos caminar junto a ella por su propio sendero de la vida y no imponerle otro que sienta ajeno y pueda abandonar rápidamente. Ten en cuenta siempre que acompañar no es resolver.

Si sientes el impulso de hacerlo, busca aire hasta volver a la relación horizontal. Confía en la persona y transmítelo, eso aumentará su propia confianza. Esto puede parecer extraño porque, a su manera, en el acompañamiento se ponen a prueba prácticas y ejercicios de solidaridad de un “ser humanas de otra manera que como lo hemos sido hasta ahora” (Laboratorio Nacional Diversidades, 2018).


Ser humanas de otra manera que como lo hemos sido hasta ahora,. Cita del Laboratorio Nacional de Diversidades.

Escucha con todos los sentidos y, si crees que el caso se ha tornado demasiado grave, haz la pregunta mágica: “¿Crees que eres un peligro para ti misme o para otras personas?”. Confía en la respuesta y, de ser necesario, acompaña a esa persona a buscar ayuda profesional.

No olvides que:

  1. Cuando una persona pide ayuda, ya tiene sus muletas.
  1. Si queremos acompañar, no supongamos. En su lugar, preguntemos.
  1. El acompañamiento acompaña, no soluciona.
  1. Evitemos subestimar a la persona que acompañamos.

Encontrarnos en acompañamiento no sólo es un quehacer feminista, sino que es sostén colectivo, que nos comparte saberes de otras personas y nos hace concientes de la fuerza de la diversidad. Sólo el acompañamiento generoso, solidario y, sobre todo, horizontal, puede profundizar esta fuerza y hacerla flexible y accesible a todo quien la necesite.

La vida digital es vida real

Pasamos gran parte de nuestro día cambiando de pantalla en pantalla, muchas de las actividades de nuestra cotidianidad se realizan a través de internet.

Se tiende a creer que lo que pasa en Internet o cómo nos relacionamos con los medios digitales carece de realidad, que lo que ahí pasa pertenece al mundo de la ficción. Sin embargo nuestra vida digital y nuestra vida física, son muy difíciles de separar. 

Pasamos gran parte de nuestro día cambiando de pantalla en pantalla, muchas de las actividades de nuestra cotidianidad se realizan a través de Internet, desde comunicarnos con nuestras amigues, familia, trabajo, entretenimiento, pagos de servicios etc, nuestra vida está atravesada por el mundo digital. 


Lo que pasa en la vida digital se relaciona con lo que pasa en nuestra vida física y viceversa, se retroalimentan todo el tiempo. Un ejemplo de esto se puede ver en los efectos de la violencia digital; la diferenciación de la vida real y la vida digital hace creer que los daños de las violencias que suceden en línea son menos graves que las violencias que se cometen en el mundo físico…nada más lejano a la realidad.  

Los daños de la violencia digital son bastante significativos, en la cuerpa, en la vida, en la forma de expresarse y en el ejercicio de nuestros derechos. En la mayoría de los casos, los efectos de estas violencias repercuten en la vida física. 


En ese sentido, si pensamos el autocuidado como parte de nuestra vida física es importante pensar en incluir la dimensión digital, para esto te recomendamos: 

  • Elimina las aplicaciones que no necesitas o de las que deseas tomar un descanso.
  • Elimina fotos o videos qué no te gusten o crees que ya no necesitas. 
  • Asigna un tiempo para eliminar de tus contactos, amigos, seguidores que no conoces o con los que no te sientas cómoda con la idea de qué ven tus fotos o información.  
  • Deja de seguir páginas o perfiles que comparten contenido violento, o que no son de tu agrado. 
  • Desactiva las notificaciones de las aplicaciones para qué no interfieran con tus momentos de tranquilidad. 

¡Tenemos una cuerpa digital que merece ser cuidado con amor!

La diferenciación de la vida real y la vida digital hace creer que los daños de las violencias que suceden en línea son menos graves que las violencias que se cometen en el mundo físico.

Abuso, Acoso y Violencia en línea

Investigación: LMR / Ilustraciones: PP

Abuso, acoso y violencia en línea

Las mujeres y la comunidad LGBTTIQ+ tienen más probabilidad de enfrentar abuso, acoso y violencia en línea. El machismo, la discriminación y otras violencias estructurales encontraron otra vía para expresarse, el espacio digital.


Según varias investigaciones en América Latina el acoso, abuso y violencia en Internet tiene efectos significativos en todos los aspectos de la vida de las personas que las enfrentan. La autocensura, el no sentirse segure de brindar su opinión en Internet o callar su voz para denunciar vulneraciones a sus derechos. Estas afectaciones a la libertad de expresión son algunas de las consecuencias claras de las violencias en línea, pues afectan a la participación de mujeres y personas LGBTTIQ+ en la vida pública. 


El abuso, el acoso y la violencia en línea afectan no solo la salud mental sino también la fuente de ingresos económicos de la población que las enfrenta,  en ese sentido, según la UNESCO (2020) de 714 periodistas mujeres encuestadas, 26% mencionó enfrentar impactos psicológicos de la violencia en Internet, el 17% se sintieron más inseguras como resultado de la violencia en línea, 12% recurrió a ayuda psicológica o profesional en general, 11% perdió su trabajo por el cuadro psicológico diagnosticado, 10% encontró afectada su reputación profesional y 4% perdió el trabajo por temor a la violencia física a partir de lo digital. 


En el ámbito político, la violencia ejercida contra votantes mujeres y candidatas en Internet debilita además el ejercicio de derechos fundamentales y libertades democráticas.  Entre algunas de las violencias qué enfrenta este grupo están las campañas de desprestigio (destinadas a desacreditar a la persona atacada) y difusión de información falsa.  


Las violencias en línea representan una continuidad de la violencia que enfrentan las mujeres y personas LGBTTIQ+ fuera de ella y muchos de nuestros países carecen de estrategias de prevención y respuestas concretas frente a este problema.

Efectos de la violencia en línea, la autocensura, no sentirse segure de opinar en línea, callar su voz y no denunciar


¿Qué hacer frente este panorama que describimos?

Cuéntanos qué estrategias aplicar para enfrentar los abusos, el acoso y la violencia en línea. Te escuchamos.


Referencias:

Informe violencia digital de género contra mujeres en Venezuela (Jun2021)

Violencia digital de género contra las mujeres en Venezuela

Violencia Política de género en Internet, El Sur, 2020

Violencia-Digital-TEDIC (2021)

Recuperar la confianza

Texto: LMR/LOP | Imágenes: PP

¿Valgo por mí misma no tengo valor por lo que produzco, lo que aguanto, lo que sacrifico, lo que dejo de hacer para que otres estén bien?

Durante dos semanas Vita Activa hizo un alto para recuperarse, recargar energía y practicar ejercicios de auto-ayuda, auto-cuidado y desintonxicación digital.

Recuperar la confianza

¿Por qué lo hacemos?

Porque nuestra valía está relacionada directamente con el poder de detenernos, el poder poner nuestras necesidades en primer plano, el ser nuestra prioridad primero y en poder pensar en cómo comenzar a cambiar nuestro entorno para que todas podamos operar de manera más respetuosa de nuestras necesidades y nuestra salud mental. Tenemos que proteger nuestro cuerpo y nuestras mentes.

Valía o autoestima

La valía y la autoestima son dos términos relacionados que a menudo se usan indistintamente. Tener un sentido de autoestima significa que te valoras a ti misma, y tener un sentido de valía significa que eres digna -a los ojos del entorno en el que te encuentras. Las diferencias entre los dos son tan pequeñas como para que no logremos distinguirlas. La clave está en la palabra dignidad. Todas tenemos, merecemos y podemos derivar nuestro valor de nosotras mismas. Los derechos humanos son los derechos de todas y de todes.

“La autoestima es lo que pensamos, sentimos y creemos sobre nosotras mismas. La autoestima es reconocer ‘Soy más grande que todas esas cosas’. Es un conocimiento profundo de que soy valiose, que soy adorable, necesario para esta vida y de un valor incomprensible”, Dra. Cristina Hibbert(2013).

PAUSA. Nuestra valía está relacionada directamente con el poder de detenernos, el poder poner nuestras necesidades en primer plano, el ser nuestra prioridad, primero.

Autoestima o autoconfianza

La confianza en una misma no es una evaluación general, sino un sentimiento de confianza y competencia en áreas más específicas. Por ejemplo, puedes tener una gran autoestima pero poca confianza en tí misma cuando se trata de deportes extremos, ciertas materias en la escuela o en tu capacidad para hablar un nuevo idioma (Roberts, 2012).

No es necesario tener un alto sentido de autoconfianza en una misma en cada área de la vida; naturalmente, hay algunas cosas en las que simplemente no serás muy buena y otras en las que sobresaldrás. Lo importante es tener confianza en tí misma en las actividades de tu vida que te importan y un alto sentido de autoestima en general por la manera como haces las cosas. 

Repite estas frases cuando sientas que tu autoconfianza necesita un empujoncito:

Yo creo en mi misma;

Soy tan valiosa como otras personas;

Estoy orgullosa de mis logros y acepto mis fracasos;

Me merezco todas las cosas buenas que me pasan. 

Me respeto a mí misma;

Estoy feliz de ser yo.

MANTRA. Valgo por mi misma, no tengo valor por lo que produzco, lo que aguanto, lo que sacrifico, lo que dejo de hacer para que otras estén bien.

Te proponemos que estas semanas que vienen realices estos dos ejercicios y que nos cuentes cómo te vas sintiendo en redes FB/TW/IG @VitaActivaOrg o por correo electrónico en apoyo@vita-activa.org

Referencias:

Self Worth

Pedir ayuda

Investigación: LMR | Diseño: PP

¿Por qué es tan difícil pedir ayuda?


Muchas veces intentamos manejar las cosas por nuestra cuenta y evitamos pedir ayuda, aunque sea difícil aceptarlo, no siempre es posible hacer y manejar cada situación por nuestra cuenta. A veces debemos admitir que no podemos hacerlo todo y recordar qué  somos humanas después de todo. 


¿Por qué es tan difícil pedir ayuda? 


Pedir ayuda puede ser difícil, nos hace sentir incómodes porque requiere ceder el control a otra persona. Otro temor es ser percibide como necesitade. No queremos parecer incompetentes. También tenemos miedo a ser rechazades cuando pedimos ayuda. Muchas personas creemos que está mal perder el tiempo de otra persona pidiéndole ayuda o pidiéndole qué nos escuche.

A veces debemos admitir que no podemos hacerlo todo y recordar qué somos humanas después de todo.

¿Qué puedo ganar pidiendo ayuda?

  • Cumplir con mis objetivos en lugar de quedarme sin avanza. Cuando no nos sentimos segures de nuestro próximo paso, pedir ayuda nos apoya a sentirnos aliviades porque tenemos más confianza en lo que tenemos qué hacer.    
  • Trabajar en equipo. Al pedir ayuda le damos la oportunidad a la otra persona de que comparta su experiencia con nosotres.   
  • Reforzar mis lazos con esa persona al pedir ayuda. El mensaje que le doy es que admiro su experiencia o habilidades. 
  • Conectar con mi círculo de apoyo, mi grupo, mi manada. 
  • Enraizar mi resiliencia. Pedir ayuda nos permite rodearnos de personas que pueden hacernos sentir bien y nos facilita superar los contratiempos y crecer.
  • Mejorar mi salud mental. Sentirme conectade con las otras personas y aprender cosas nuevas me hace sentir bien. 
  • Pedir ayuda puede hacerte sentir agradecide. Sentir y expresar gratitud nos hace muy bien.

Referencias:

4 tips to effectively ask for help and get a yes

Why its good to ask for help

Derecho a ser mi prioridad

Texto LMR | Ilustraciones PP

Tenemos que proteger nuestras mentes.y nuestros cuerpos. Cita de Simone Biles


En los últimos dos meses dos deportistas profesionales; Naomi Osaka y Simone Biles pusieron el tema de la importancia de la salud mental sobre la mesa. Simon Biles es considerada la mejor gimnasta de la historia y decidió no seguir participando en los juegos olímpicos, porque quería concentrarse en su salud mental. Naomi Osaka es la tenista número dos del mundo, tomó la decisión de retirarse de un torneo de tenis hace dos meses atrás por la misma razón. 


Simone Biles y Naomi Osaka nos recordaron que: 

  • Podemos decir no, aunque estemos frente a una gran oportunidad si no nos sentimos en condiciones para hacerlo.  
  • Podemos decir no a cosas que nos causan malestar.
  • Tenemos derecho a decir no, aunque existan muchas expectativas sobre nosotras y se espera que actuemos de alguna manera en específico. 
  • Ser nuestra prioridad significa proteger nuestra mente y nuestros cuerpos aunque todo el mundo espere lo contrario. 
  • Se puede hacer una pausa, o muchas pausas, detenerse está bien.  
  • Reconocer que necesitamos espacio para sanar es una medida transgresora de autocuidado porque nadie espera que lo hagamos. 
  • Somos humanes, no somos perfectes ni somos robots. 
  • Nuestros sentires son más importantes que todas las expectativas que ponen sobre nosotres.  
  • No tenemos por qué complacer a los demás si no queremos. 
  • Tenemos derecho a priorizar nuestro bienestar.
  • Nuestra salud mental debe ser tratada con prioridad. Es urgente, hoy y siempre. 

Tenemos derecho a priorizar nuestro bienestar. Nuestra salud mental debe ser tratada como prioridad. Es urgente, hoy y siempre.