Internet, teletrabajo y capitalismo

Post L.M.

El acceso a Internet es un derecho y, por lo tanto, se supone, de acceso universal. Sin embargo, para garantizar el acceso igualitario aún existen diferencias significativas en el uso, apropiación y participación en la creación de tecnología por parte de mujeres y personas LGBTTIQ+, pasando de considerarlas consumidoras a creadoras.  El acceso a Internet también es habilitador del ejercicio de otros derechos como el de la libertad de expresión, el acceso a la información, a la educación, el derecho al trabajo e incluso a la protesta y la participación política. 

El acceso a Internet es un derecho universal, en teoría. Pero aún existen grandes diferencias en el uso, habilidades y participación por parte de mujeres y personas LGBTTIQ+.

La pandemia ha acelerado la necesidad urgente de entender al internet como un espacio cívico y de vida personal y laboral, profundizado desigualdades grandes de acceso y ejercicio de derechos a través de Internet, agrandando la brecha digital de género en la mayoría de sus dimensiones. 

Entre sus principales manifestaciones se encuentra el trabajo en línea -conocido como “teletrabajo”-, que para muchos sectores de la población luce como algo beneficioso, porque se puede trabajar desde diferentes lugares del mundo, administrando los tiempos con mayor flexibilidad, entre otros. 

Sin embargo, para las mujeres que se hacen cargo de las tareas de cuidado, además de actividades de participación política, liderazgo y crianza; el trabajo remoto ha sumado una o dos jornadas de trabajo extras. Cualquier persona, empresa u organización que utilice la modalidad de teletrabajo, debe hacerlo desde una perspectiva feminista para garantizar que sea ético y sostenible en el tiempo; para ello necesita considerar las siguientes ideas:

  • Trabajar desde casa no reduce las tareas de cuidado no remuneradas que realizan las mujeres. Para otras poblaciones, sobre todo las que enfrentan barreras sociales, el trabajo en línea ha afectado la posibilidad de descansar; es decir, dejar de trabajar y tomarse un respiro durante las horas laborales. Para quienes tienen trabajos en línea, la oficina está en casa y desconectar supone un gran esfuerzo, lo que puede llevar a un desequilibrio poco saludable entre la vida laboral y personal con nuestros dispositivos. La virtualidad no es sinónimo de disponibilidad 24/7.
  • Después de la Covid-19, el agotamiento o burnout ha aumentado y quizá esté relacionado con las nuevas dinámicas de trabajo. Las personas que trabajan desde casa caen en la trampa de no tomarse tiempo libre para recargar energía.  También ha difuminado la línea que separa el trabajo de la vida familiar, personal, del disfrute y de la vida social. Es como si trabajando en línea no se pudiera bajar el interruptor y apagar la jornada laboral. De ahí viene el agotamiento que cada vez es más grande. Idear formas de incorporar en las rutinas espacios de descanso, autocuidado y buenas prácticas de cuidado comunitario es clave para garantizar el bienestar de las personas y la sostenibilidad en la lucha de sus causas.
  • El agotamiento también está relacionado con el capitalismo. Este sistema internalizado nos hace creer que no importa lo que se haya conseguido en el horario laboral,  siempre hay “más” por hacer. La velocidad es la nueva normalidad. Existe una presión constante para hacer más, más rápido y mejor. Y a medida que aumenta la carga de trabajo, también lo hace el nivel de estrés. Cuando se nos ha incorporado tanto al capitalismo, tendemos a creer falsamente que las personas que se toman un tiempo libre para relajarse, descansar o balancear su vida, están fracasando o dejando las tareas difíciles para que las haga alguien más. Esto nos convierte en personas tristes, con desesperanza, con ansiedad e irritabilidad, pero trabajando todo el tiempo. Tal cual el capitalismo nos quiere. Incorporar nuevas formas de valorar y medir el éxito en el cumplimiento de objetivos es posible y necesario; la eficiencia no puede ser el inicio y fin último de ningún espacio laboral.

Descansar es resistir, tomarte un respiro es resistir, cuidar de tu cuerpo y de tu mente es resistir, resistir al capitalismo. 

Construir espacios donde podamos sentir afecto y validación de nuestras amistades es un acto de resistencia al capitalismo, y así dejamos de sostener nuestra identidad ligada sólo al trabajo que hacemos. No somos nuestro trabajo. No somos nuestra productividad. 

Si bien gracias a Internet podemos trabajar desde cualquier lugar, no olvidemos que antes de la pandemia usábamos más Internet para divertirnos, ver nuestras series favoritas, armar nuestra playlist, compartir memes con amistades, contactar con nuestros seres amados que viven lejos, conspirar con las compas.

Internet también es un espacio para el goce y disfrute, no solo para el trabajo. 

Internet también es un espacio para el goce y disfrute, no solo para el trabajo. 

Referencias:

PROFUNDIZACIÓN DE LAS BRECHAS DE DESIGUALDAD POR RAZONES DE GÉNERO: EL IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LOS CUIDADOS, EL MERCADO DE TRABAJO Y LA VIOLENCIA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 

– ¿Es agotamiento o capitalismo interiorizado?

– Destapar la crisis. Trabajos de cuidados en tiempos de coronavirus

– ¿Esto es todo lo que hay? Por qué el agotamiento es una promesa incumplida

– “No merezco estar quemado”. Cómo el capitalismo complica el descanso

4 años siendo Vita Activa

El 1 de abril Vita Activa cumplió 4 años. El camino que hemos recorrido está lleno de aprendizajes, de personas y organizaciones que nos han acompañado durante este tiempo. 

En 2019 nacimos como una línea de ayuda para mujeres y a personas LGTBIQ+ que experimentan estrés, trauma, crisis, cansancio crónico y/o violencias de género. Desde entonces y hasta ahora venimos creando conversación sobre el acompañamiento, la salud mental, el cuidado colectivo, los derechos digitales o la autonomía digital, entre muchos otros temas.

Estas reflexiones nos permiten acompañar a las personas que nos escriben a la línea, semana a semana, desde un lugar de mucha empatía y respeto por la historia y experiencia personal que están atravesando.

En Vita Activa nuestras principales herramientas de trabajo son la escucha activa y los primeros auxilios psicológicos, con las cuales damos acompañamiento en el manejo de las crisis en la cuerpa y en las emociones. También ofrecemos apoyo para procesar lo que pasa en el  espacio digital y emocional y para armar estrategias para abordar las decisiones que quienes nos escriben deciden tomar.

Este trabajo que realizamos día a día no podría ser posible sin las personas acompañantes que responden la línea, quienes desde sus experiencias y reflexiones hacen de Vita Activa un espacio amoroso, sororo, de escucha activa y crecimiento.

De lo caminado en Vita Activa recogemos algunos de los aprendizajes que marcan el trabajo que hacemos:

  • Que juntas y juntes somos más fuertes

Desde la ética del cuidado creemos que es muy importante cuidar a quienes nos rodean. Apoyando la autonomía de nuestras compañeras y compañeres cuando toman decisiones que tienen efecto en sus vidas. No confundimos el sacrificio con el cuidado. El sacrificio propicia el bienestar de muchos a cargo de una sola persona, y no un cuidado colectivo entre todas las personas que son parte de nuestra comunidad.

  • Queremos espacios seguros y respetados

Queremos espacios y comunidades en los que reine la empatía y el respeto. Espacios que en momentos de crisis tienen la finalidad de acompañarte y apoyarte para entender lo que te está sucediendo, así como de  devolverte el control sobre tus acciones y reacciones. Se trata de un espacio que no juzga las vivencias y acompaña en la toma de decisiones autónomas. 

  •  Que la política del amor es una buena forma de autodefensa

Creemos que las amigas y les amigues son nuestra red de soporte vital, nos dan la fuerza para tomar decisiones difíciles. La amistad es una forma de resistencia al patriarcado.

  • Que es importante pasar del autocuidado a los cuidados comunitarios

En nuestro amado Vita Fest definimos los cuidados comunitarios como: “una serie de acciones colectivas enfocadas a mantener y mejorar la salud y el bienestar grupal mediante la construcción en comunidad de un presente y un futuro que beneficia y mejora las condiciones de vida de nuestra comunidad”. 

En nuestro informe ‘Persistir y Resistir’ reconocemos que “Solas no podemos sanar y resarcir los daños que las violencias nos generan”. Cuando recurrimos a la comunidad para cuidar de nuestra cuerpa digital y física, nos acompañamos para poder sanar.

En Vita Activa no estamos solas, tenemos una red que nos sostiene.

¡Entre todas nos cuidamos!

Merecemos habitar espacios seguros

Post G.S.

Todos los 8 de marzo #8M se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, alrededor del mundo se reconoce la lucha de las mujeres por el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos.

Este día, pero en 1908, 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo para reclamar por mejoras en sus condiciones laborales.

Más de 100 años después, seguimos persiguiendo los mismos objetivos que aquellas mujeres, pero a la luz de nuevos desafíos propios de nuestra época: la flexibilidad horaria, la presión de los modelos de la Mujer Maravilla que todo lo puede, el reconocimiento del trabajo de cuidado y las nuevas formas de concebir los espacios laborales, sean digitales o presenciales.

Desde Vita queremos invitar a preguntarnos ¿cómo hacemos espacios laborales seguros? Entendiendo que esto implica generar espacios donde podamos confiar en nuestres compañeres, donde no debamos estar en permanente alerta y estrés, donde sea disfrutable invertir tiempo para tejer redes de contención y donde el desarrollarse plenamente no sea un privilegio, sino una realidad. 

Parece idílico, pero es una lucha que vale la pena dar.

Primero: ¿Qué necesita un espacio para ser considerado seguro?

Debe contar con acciones y mecanismos que garanticen nuestra protección y que nos permitan desarrollarnos, crecer y tener la confianza suficiente para pedir apoyo y construir redes.

Los espacios seguros se caracterizan por la diversidad, por ser inclusivos y no violentos. El cuidado y la ternura en lo individual y lo colectivo se vuelven parte esencial y nos permiten recuperar fuerzas para enfrentar las interacciones en otros espacios.

Espacios donde podemos confiar en nuestres compañeres, donde no debamos estar en permanente alerta y estrés, donde sea disfrutable invertir tiempo para tejer redes de contención.

Se tratan de lugares o entornos en el que nos sentimos cómodes al colaborar con nuestras equipas de trabajo; y en el que no nos sentimos castigades o juzgades al compartir nuestros pensamientos o cuando reconocemos los errores que hemos cometido. En un espacio seguro fomentamos el sentimiento y la práctica de la pertenencia.

Y, ¿por qué apostar por la construcción de espacios de trabajo seguros?

Hacer transformaciones, comenzando por ajustes a nuestra mentalidad y a retar lo que entendemos por espacios laborales, no es sencillo pero es un cambio necesario para el crecimiento sostenible, sano y colectiva al facilitar las siguientes condiciones:

  • Reduce el estrés y el agotamiento: cuando las equipas se sienten seguras en el trabajo, es más probable que expresen sus inquietudes desde el principio y pidan apoyo, lo que evita que los problemas menores se conviertan en mayores al pasar el tiempo.
  • Fomenta la innovación: lo cual está conectado tanto a la creatividad como a la posibilidad de sentirte segure para tomar riesgos e intentar nuevos caminos.
  • La retroalimentación se hace fácil: en entornos de poca confianza la retroalimentación honesta puede ser difícil. En los espacios seguros de trabajo, la retroalimentación sucede fácilmente de manera continua, lo que genera mejores resultados en las equipas.

Pero… ¿Por dónde empezamos?

  • Muestra compromiso con tu equipa de trabajo: Presta atención cuando tu compañere hable a través de practicar la escucha activa, valora sus ideas y opiniones. Al participar activamente, se crea un entorno en el que la gente siente que está bien y es seguro hablar.
  • Evita culpar por los errores: Cuando algo va mal, se tiende buscar a alguien a quién culpar. Pero, para construir y mantener un espacio seguro en el lugar de trabajo, debemos centrarnos en las soluciones. En lugar de “¿qué ha pasado y por qué?”, intenta preguntar “¿cómo podemos asegurarnos de que esto vaya mejor la próxima vez? Estas preguntas convierten la responsabilidad en un esfuerzo de grupo, en lugar de señalar a una persona por un error y facilita la corrección oportuna de estos.
  • Promueve el diálogo: Las equipas de trabajo están llenas de personas con diferentes orígenes y perspectivas, fomentar el diálogo sobre esas diferencias ayuda a generar un espacio seguro. 
  • Establece una conexión emocional con les demás: La conexión emocional es una fuerza motivacional muy poderosa de nuestro cerebro, ayuda a nuestro equipo a sentirse incluidas, apreciadas y seguras. Usa preguntas directas y sentidas: “¿cómo estás?”.
  • Repiensa tus límites y los de tu equipa para trabajar online: Como la pandemia cambió nuestras modalidades de trabajo para siempre, como bonus, te dejamos además algunos tips para trabajar online en clave feminista. 

Sabemos que la construcción de estos espacios no es sencilla, y que no todos los equipos están abiertos a repensar sus formas de relacionarse. Es entendible que te abrumes en el proceso, que te frustres, que te sientas aislade. Recuerda que aquí estamos para escucharte y acompañarte a transitarlo todo. Estas nuevas maneras de relacionarnos las estamos construyendo entre todes y las redes de contención son fundamentales. 

Así que cuando lo necesites, contáctanos al +52155-8171-1117 por WhatsApp, Telegram o Signal.

En 2023 seguimos construyendo cuidados comunitarios

Post L.M. y N.M.

Este nuevo año en Vita Activa nos trae reflexiones sobre los cuidados comunitarios, su importancia y la forma de aplicarlos en nuestro acompañamiento.

En las conversaciones durante el VitaFest, durante en el Panel ‘Manejo de la Salud Mental’ y el Taller ‘Cuidados comunitarios de  la salud mental’, definimos los cuidados comunitarios como:
“una serie de acciones colectivas enfocadas a mantener y mejorar la salud y el bienestar grupal mediante la construcción en comunidad de un presente y un futuro que beneficia y mejora las condiciones de vida de nuestra comunidad”. 

La atención comunitaria es un enfoque utilizado para que las personas de una comunidad se apoyen entre ellas y así a la comunidad en general. La atención comunitaria se centra en que el bienestar individual está intrínsecamente ligado al bienestar de los demás. Tiene un gran efecto en la salud mental, ya que se entiende el bienestar propio como una extensión del de la comunidad a la que forman parte.

Un aspecto fundamental de la atención comunitaria es el reconocimiento de las desigualdades sistémicas que atraviesan las mujeres y la población LGBTTIQ+, en intersección con la situación de las personas racializadas y/o con discapacidad, entre otras. Esta desigualdad afecta directamente la forma en que se comprende y significa el bienestar de estos grupos y, por tanto, las necesidades y apoyos requeridos para alcanzarla y sostenerla.

La atención comunitaria responde a las desigualdades creando nuevas estructuras de apoyo mutuo proporcionado por les integrantes de una comunidad, según afirma la organización Mental Health America.

“Cuidar de nosotras mismas y de las demás personas se ha convertido en el verdadero desafío del mundo post-pandémico y un verdadero ejercicio de rebeldía”, mencionamos en nuestro Informe “Persistir y resurgir” (2022). Desde este contexto, la salud mental comunitaria tiene un papel importante para enfrentar los efectos del racismo, la marginación, la violencia, los traumas y otros factores sociales.

Los cuidados comunitarios como trinchera reivindican valores y prácticas como la solidaridad, reciprocidad, igualdad y la redistribución equilibrada de las tareas de cuidado. “Lograr materializar esta redistribución en línea y en el espacio físico mejora nuestro bienestar social y no deja a nadie afuera”, agregó el Informe.

La atención comunitaria responde a las desigualdades creando nuevas estructuras de apoyo mutuo proporcionado por les integrantes de una comunidad.

Además, reconocimos que “Solas no podemos sanar y resarcir los daños que las violencias nos generan”. Cuando recurrimos a la comunidad para cuidar de nuestra cuerpa digital y física, nos acompañamos y sostenemos para poder sanar.

Anímate a leer el Informe “Persistir y resurgir” completo

En Vita Activa creemos que el conocimiento y las herramientas de autoapoyo y cuidados comunitarios deberían estar a disposición de todas, todes y todos, por eso te dejamos algunos consejos/recordatorios sobre cuidados comunitarios y salud mental que pueden ayudarte a empezar bien este año:

  • La cuerpa no entiende de conceptos, entiende de sensaciones. Resulta importante tener siempre presentes herramientas que nos ayuden en el manejo de crisis emocionales y que te permitan obtener apoyo, principalmente cuando acabes de sufrir el impacto de una noticia, un accidente o has vivido violencia digital o en la vida análoga a nivel personal o comunitario.
  • Los primeros auxilios psicológicos se refieren a una primera instancia de cuidados que puedes recibir cuando has experimentado una crisis personal o en comunidad. Esta herramienta permite que sea la persona que la recibe quien -desde la autogestión y el acompañamiento sororo- tome sus propias decisiones: sólo tú sabes lo que es mejor para ti.
  • Aplicadas en el momento justo, las conversaciones empáticas pueden reducir los efectos del trauma generado por las crisis en el largo plazo y permitirte retomar el control sobre ti misma y tus acciones.
  • Los primeros auxilios psicológicos no son terapia. En algunos casos, las conversaciones empáticas pueden resultar insuficientes  o inoportunas; es un acto de responsabilidad reconocer cuando necesitamos ayuda profesional y también una muestra de sororidad poner límites amorosos a nuestro acompañamiento cuando este sea el caso.
  • Construir espacios y comunidades en los que reine la empatía y el respeto. Tus relaciones y contexto en momentos de crisis tienen la finalidad de acompañarte y apoyarte para entender lo que te está sucediendo, así como devolverte el control sobre tus acciones y reacciones. No juzgar las vivencias, tomar decisiones autónomas y esperar a decidir cuando estés lista son muestras claras de sororidad.
  • Nos cuidamos al reconocer nuestro derecho a la desconexión, al pausar todo, apagar pantalla, cambiar de espacio. Al encontrarnos físicamente con personas y conectar con lo que nos rodea que no es digital. El autocuidado holístico es un derecho al que debemos aspirar.
  •  La crisis implica que hay que empezar a diseñar nuevas maneras para enfrentar las circunstancias y generar cambios en el presente y el futuro.

Y tú, ¿cómo construyes cuidados comunitarios desde tu espacio?

Persistir y Resurgir – Vita Activa 2022

#PersistirResurgir #VitaActiva

El Informe anual de Vita-Activa.Org 2022, Persistir y Resurgir. Prácticas feministas de cuidados comunitarios, autonomía digital y comunicación sanadora es un recurso para mujeres y personas LGBTTIQ+, periodistas, activistas y defensoras de derechos humanos y libertad de expresión que resume todo lo aprendimos durante el año.

Persistir y Resurgir, refleja el espíritu de fuerza, dignidad y lucha que se hace visible en cada caso de acompañamiento y las ganas de renovación que nos motivan y fortalecen cada día. Seguimos en este camino de acompañamiento y de lucha contra violencias. 

El informe incluye un prólogo escrito por Nicole Martin, Directora Ejecutiva de Vita Activa, un resumen ejecutivo con los datos más importantes del año y una introducción por Lu Ortiz, Co-Fundadora de la organización.

El contenido está dividido en cuatro capítulos: aprendizajes sobre cuidados comunitarios de la salud mental, autonomía digital empática, comunicación sanadora y sobre lo que nos dejó el Vita Fest 2022. Include además una numeralia de nuestros últimos 18 meses de trabajo y unas conclusiones por César Montesano Vázquez.

¿Cuántos casos acompañamos en 2021-2022?

En los últimos 18 meses, acompañamos 225 casos. Compartimos más de 680 horas de conversación en línea con usuarias y grupas de cuidados comunitarios. De estas personas: 90% se identifican como mujeres y 7% como personas no binarias; 40% de nuestras usuarias son periodistas y más del 53% de elles tienen menos de 30 años.

¿De qué países provienen?

Nuestras usuarias provienen de: Argentina, España, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, EEUU, El Salvador, Guatemala, Honduras, Mexico, Nicaragua, Perú, Rumanía, Uruguay y Venezuela.

¿Por qué acuden las personas a Vita?

Las principales razones por las que las personas usuarias acuden a Vita Activa son el cansancio crónico y el estrés, el acoso en línea y las violencias, la difusión de contenido íntimo sin consentimiento y el acoso y la vigilancia digital.

¿Cómo puedo colaborar con Vita Activa?

Puedes compartir nuestros contenidos en redes sociales TW/IG/FB @VitaActivaOrg, contactarnos para articular, leer nuestro blog y también hacer una donación en nuestra página web.

Conozco a una persona que está experimentando violencia de género en línea, ¿puedo conectarla con Vita Activa?

Claro que si, nuestros servicios son confidenciales, anónimos y gratuitos; nos encuentras en apoyo@vita-activa.org (Español) y support@vita-activa.org (English) | @VitaActivaOrg | +52155-8171-1117 (Whatsapp, Signal, Telegram) | vita-activa.org

Estamos disponibles para preguntas y comentarios: Nicole Martin | nicole@vita-activa.org | +52155-8171-117

Eso que llaman amor es trabajo no pago

Post G.S.

Seguramente escuchaste alguna vez que lo que hace girar al mundo es el amor. Otres dicen que es el dinero. Por aquí venimos a proponer otra respuesta posible que combina ambos: lo que hace girar al mundo son los trabajos de cuidado.

“Eso que llaman amor es trabajo no pago”, dice una muy difundida consigna feminista. Porque durante la historia romantizamos “el instinto de cuidar” como si viniera implantado en un chip en el cerebro de las mujeres cuando nacemos y, por tanto, viene en forma de una imposición y expectativa. Debemos querer y estar dispuestas a cuidar de otres sin importar las circunstancias.

En esta semana por el Día Mundial de Movilización por los Cuidados, que se conmemora cada 29 de octubre, intentaremos entender de qué va todo esto.

La importancia de los cuidados en la economía mundial

El Día Mundial de Movilización por los Cuidados concientiza sobre la importancia de la economía de los cuidados. Esta comprende;

  • Todo el trabajo de cuidado que se realiza de forma no remunerada en los hogares (limpiar, cocinar, organizar horarios, cuidar de otras personas).
  • El trabajo de cuidados que se realiza de forma remunerada en el mundo laboral, aunque muchas veces sea precarizado (en casas particulares, educación, salud, trabajo social y comunitario). 


Son tareas cruciales e imprescindibles para sostener la vida y el funcionamiento del mundo. Todas las actividades pueden pausar, salvo las tareas de cuidado que sostienen a la sociedad misma.

Todas las personas tenemos el derecho a recibir asistencia y cuidados, pero también a ser remuneradas cuando realizamos esta tarea. El problema es que históricamente las tareas de cuidado fueron asociadas a lo femenino, e invisibilizadas como trabajo. Por lo tanto fueron impuestas obligadamente a las mujeres como parte de su “naturaleza” y deslegitimadas dentro del mercado laboral.

Esto significa que existe una inequitativa redistribución de los cuidados. Las mujeres son las que realizan la mayor parte de los trabajos de cuidados, tanto remunerados como no remunerados, además de desempeñar otras actividades productivas, lo que genera un círculo sin fin de trabajo donde son las cuidadoras quienes suelen carecer de los cuidados que ellas proporcionan a otres. La descalificación de ese trabajo como tal y la responsabilización de las mujeres de su realización, refuerzan la estructura de desigualdad social y de género. Hace que nosotras participemos menos del trabajo remunerado y que además lo hagamos en condiciones más precarias, así como limitar las condiciones y posibilidades para que también participemos de los espacios y debates públicos.

Los trabajos de cuidado hacen girar el mundo. Y son, principalmente, llevados a cabo por mujeres.

Los datos 

La tasa de feminidad de los trabajos de cuidado remunerados va entre el 70 y el 99%, según investigaciones del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), y esto tiene un fuerte impacto en el empleo femenino. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo en Argentina, el tiempo que las mujeres dedican al trabajo en todas sus formas es de casi 9 horas por día, en tanto que los varones dedican una hora menos.

Ese mayor tiempo de las mujeres está concentrado en el trabajo no remunerado. Estas destinan casi 6 horas diarias al trabajo no remunerado, mientras que los varones dedican menos de la mitad del tiempo. En el caso del trabajo remunerado, la relación se invierte: los hombres dedican 5 horas diarias y las mujeres menos de 3.

Las mujeres dedican casi 6 horas diarias al trabajo no remunerado, mientras que los varones dedican menos de la mitad del tiempo. Fuente: Encuesta Nacional de Uso del Tiempo - Argentina.

El caso más paradigmático es el de trabajadoras de casas particulares que tienen los salarios más bajos del mercado y altos grados de precariedad e informalidad. Más del 98% de quienes trabajan en este sector son mujeres. Además, más del 77% de las trabajadoras lo hacen en condiciones de informalidad y con muy bajos salarios.

La informalidad deja a las trabajadoras sin acceso a derechos laborales básicos como permisos, vacaciones, aguinaldo y el acceso al sistema de protección social. Quedan expuestas así a sufrir discriminación, acoso y violencia.

¿Por qué repensar la economía de los cuidados?

Invertir en la economía de cuidados puede tener múltiples beneficios sociales: 

  • Permite mejorar las condiciones de trabajo de grandes porciones de la población y los servicios ofrecidos por estas trabajadoras. 
  • Ayuda a reducir la pobreza y fortalecer la autonomía económica de las mujeres, por lo tanto, aminora algunas brechas de género.
  • Reduce las cargas de cuidado que pesan sobre las familias
  • Contribuye a la sostenibilidad de los esfuerzos y la vida misma en comunidad. 

Invertir en la economía de cuidados es invertir en una recuperación económica verdaderamente inclusiva. Es fundamental reconocer los cuidados como trabajos y su aporte al bienestar de las familias, las comunidades y el desarrollo sustentable. 

¿Qué podemos hacer?

  • Redistribuir más equitativamente las tareas del hogar. Podemos armar grillas con tareas precisas para cada miembro de la familia o comunidad, o con horarios rotativos.
  • Delegar y pedir ayuda. Si te ves sobrepasada por las tareas de cuidado, recuerda que tú también tienes derecho a que te cuiden.
  • Apoyar a las trabajadoras del cuidado en sus luchas por mejoras laborales. El Día Mundial de Movilización por los Cuidados es una fecha especial para esto. 
  • Trasladar los cuidados del ámbito privado al espacio público. El Estado debe garantizar servicios públicos universales de calidad, como el derecho a los cuidados y con pleno acceso a toda la población. 

Referencias
– Investigaciones del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA).
Ecofemidata.

Ética del cuidado

“La vida en común es lo que hace posible una vida humana que no se basta nunca a sí misma. Es imposible ser sólo un individuo. Lo dice el cuerpo, el frío, el hambre, la marca del ombligo, nuestra voz con sus acentos”.

Marina Garcés  

Post L.M

La politóloga estadounidense Joan Tronto define al cuidado como “Todo aquello que hacemos para mantener, dar continuidad y reparar nuestro mundo de manera que podamos vivir tan bien como sea posible. Este mundo incluye nuestros cuerpos, nuestros yo-es y nuestro entorno, todo lo cual tratamos de entrelazar en una red compleja que sostiene la vida”.

¿Qué es la ética del cuidado?
El acto político de trasladar los cuidados del ámbito privado al espacio público.

De la ética del cuidado se desprenden relaciones de apoyo y amistad. Las relaciones de amistad a lo largo de la vida proveen un complemento, así como también una alternativa a las restricciones que establece el matrimonio, relaciones de pareja y otros lazos familiares.

Cuidados en red. Ejercemos cuidados para mantener y reparar nuestro mundo, en una red que sostiene la vida.

Las redes feministas desafían los límites de la familia nuclear heterosexual como espacio principal donde se establecen y se estudian las relaciones de cuidados. A su vez, en este tipo de redes se comparten distintas dimensiones de la vida cómo el cuidado emocional, económico, se comparten luchas políticas, alegrías, tristezas, entre otros.

Sin embargo, no hay que confundir el sacrificio con el cuidado. El sacrificio propicia el bienestar de muchos a cargo de una sola persona, y no un cuidado colectivo entre todas las personas participantes de una relación, sea esta familiar, política, laboral, de amistad o sexual. 

En el caso de la lógica del sacrificio en lo doméstico se puede observar que los hombres son los sujetos construídos desde el patriarcado para recibir cuidado, pero no para generarlo; esto es concebido como un privilegio, pues al ser los hombres los sujetos sociales del poder, se desvaloriza el cuidado, hay una negación del valor del cuidado ya que los hombres no lo ejercen y termina por ser invisibilizado y precarizado. Esto decanta en mayor sacrificio de las mujeres.

En el ámbito del activismo y las luchas colectivas, la lógica del sacrificio lleva al deterioro emocional y físico, lo que puede generar, además del evidente impacto directo en el plano personal, afectaciones en las relaciones dentro de los colectivos. 

Ética del cuidado no es sacrificio. El sacrificio propicia el bienestar de muchos a cargo de una sola persona, y no un cuidado colectivo.

Al asociar el cuidado con sacrificio (y no sacarlo del significado patriarcal impuesto) se desvalorizan las capacidades individuales y comunitarias de autogestión y sostenimiento autónomo generando más dependencia en las organizaciones, lo que alimenta los liderazgos verticales. Además, se limitan las posibilidades de redes afectivas expresadas en la ética del cuidado.


¿Cómo podemos poner en práctica la ética del cuidado en nuestro día a día?

  1. Apoya la autonomía de tus compañeras y compañeres cuando toman decisiones que tienen efecto en sus vidas. 
  2. Escucha a las demás personas. Es importante pensar en la labor importante que tiene la palabra y la escucha activa.
  3. Entrena la capacidad de entender tus propias emociones. Así te será cada vez más fácil entender las de los demás. 
  4. Enfócate en comprender al otro/a en vez de juzgarlo/a.
  5. Confía en tu comunidad y en dividirse las tareas de cuidado. El peso del estrés aumenta para las personas que cuidan de otros.
  6. Cuida a quienes te rodean. Sustituye el sentimiento de amenaza por el sentimiento de lo que tú puedes hacer por ti y por los demás. Te sentirás más útil y será reconfortante.
  7. Reconoce tus límites y los de les demás.
  8. Practica el autocuidado: 
    – Ser nuestra prioridad significa proteger nuestra mente y nuestros cuerpos aunque todo el mundo espere lo contrario.
    – Podemos decir no, aunque estemos frente a una gran oportunidad si no nos sentimos en condiciones para hacerlo.

Referencias

La ética del cuidado en los acompañamientos feministas de mujeres que deciden abortar. Reflexiones a partir del diálogo con una colectiva feminista en Mendoza, Argentina
La ética del cuidado como forma de organización política feminista en Costa Rica.

Septiembre, mes de la Matria

Post L.M.

Septiembre es el mes de la patria en varios países de la región: Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, El Salvador, Brasil y Chile. Desde Vita Activa tomamos la oportunidad para reconocer el concepto de “matria” y reivindicar los derechos sobre nuestros cuerpos-territorios. 

¿Qué es la matria?

El concepto de “matria” para Romina Zapata implica reconocer al propio cuerpo como primer territorio político y asumir que el conocimiento es siempre situado. Este concepto pone en valor a todas nuestras antepasadas, silenciadas en los relatos históricos dominantes en un intento por ocultar su participación social, política, comunitaria, económica y dejarnos con escasas referencias para estudiar el pasado y construir nuestra identidad.

¿Qué es la MATRIA? El concepto de matria implica reconocer el propio cuerpo como territorio.

Para Romina Zapata la matria tiene el propósito de expresar que también nosotras tenemos una tradición histórica que se evidencia en el poder social que las mujeres de las culturas antiguas y originarias tienen para el desarrollo de sus comunidades.

Ni nuestro cuerpo ni nuestro territorio son objeto de conquista, ésta no terminó con la colonización de América Latina, sino que se manifesta de forma cotidiana cuando las empresas multinacionales destruyen territorios y despojan a sus comunidades de los bienes para la subsistencia diaria, en los conflictos armados, en las luchas por el agua y otros recursos naturales, en la trata de personas con fines de explotación sexual donde se atraviesan fronteras, vendiendo y comprando mujeres y niñas.

Zapata menciona que el cuerpo-territorio es la herramienta con la cual resistimos la dominación patriarcal, nos organizamos y desarrollamos estrategias de supervivencia en contextos donde la violencia contra las mujeres sucede a diario. Matria también es un llamado a la acción, al encuentro con otras mujeres, a reconocernos en un espacio y tiempo determinados.

Matria es AUTOCUIDADO. Defendemos nuestra cuerpa, que resiste y desarrolla estrategias de supervivencia.

En nuestro cuerpo se plasman las luchas, las pasiones, las angustias y las resistencias.

“La invitación que deja la propuesta cuerpo-territorio es mirar a los cuerpos como territorios vivos e históricos que aluden a una interpretación cosmogónica y política, y donde habitan nuestras heridas, memorias, saberes, deseos, sueños individuales y comunes…“

Valter do Carmo Cruz

La matria es el cuerpo-territorio que habitamos, donde viven nuestras memorias, sueños, heridas, la que defendemos y transformamos. 

Matria es ¡llamado a la ACCIÓN! De cuidados comunitarios de nuestro territorio. No estás sola, juntas resistimos.

Referencias

La Matria, el cuerpo como territorio

Del cuerpo-territorio al territorio-cuerpo (De la tierra): contribuciones Decoloniales

Cuidar a las personas que cuidan

Post: L.M.  

Como mencionamos en una anterior publicación, durante el VitaFest organizamos una desconferencia en la que les participantes propusieron temas para debatir. El tema del cuidado fue puesto sobre la mesa. A continuación, compartimos algunas reflexiones sobre la conversación del 3 de junio del 2022.

Históricamente el cuidado se ha delegado a las mujeres, no obstante, nos preguntamos: ¿quiénes cuidan a las personas que cuidan? La pandemia comenzó a visibilizar mucho mejor el trabajo no equitativo para quienes somos cuidadoras. Desde que comenzó la crisis sanitaria, las labores de cuidado fueron aumentando. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres tienen a su cargo el 76,2% de todas las horas del trabajo de cuidado no remunerado (más del triple que los hombres).

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres tienen a su cargo el 76,2% de todas las horas del trabajo de cuidado no remunerado (más del triple que los hombres).

Muchas mujeres hacen malabares para poder realizar trabajo de cuidado no remunerado, además de ejercer una jornada completa de trabajo. Esta sobrecarga de tareas por realizar deja poco o casi nada de tiempo para el cuidado de la salud mental.

Durante la desconferencia, analizamos las lógicas capitalistas instauradas en la sociedad que impiden o no dan espacio ni importancia al cuidado de la salud mental. De esta conversación recogimos algunas prácticas necesarias para resistir a este problema y generar nuevas dinámicas en las que se pueda poner la salud mental al centro cuando ejercemos tareas de cuidado:

  • Espacios de cuidados de las infancias: es importante que los lugares de trabajo y centros de estudio cuenten con espacios de cuidado para las infancias para que las tareas de cuidado no se interpongan en el crecimiento laboral o académico. 
  • Re-distribución de las tareas: al hacerlo estaremos liberando tiempo para las mujeres; tiempo que puede ser utilizado para generar ingresos económicos, estudio, para el ocio o para lo que las mujeres quieran.
  • Sumar actividades recreativas: tomar aire fresco, salir a caminar para escucharnos a nosotras mismas es una muy buena actividad de autocuidado. 
  • Reflexionar sobre cómo nos cuidamos y como cuidamos al resto: identificar si estamos poniendo límites a las tareas de cuidado que realizamos.
  • Ser pacientes con nuestros procesos: las transformaciones y los procesos de sanación toman tiempo.
  • Intentar separar nuestra propia perspectiva cuando acompañamos a quienes cuidamos: no podemos hacernos cargo de todo. 
  • ¿Mi propio valor solo es ser cuidadora? Claro que no. Podemos buscarnos desde otros lugares. 
  • Establecer límites: no podemos ser heroínas siempre.
¿Cómo se puede poner la salud mental al centro para las personas que cuidan?

Una de las conclusiones de esta conversación fue que desde el activismo feminista podemos revertir el significado de cuidado y recrear un nuevo concepto que tome en cuenta nuestro propio cuidado físico y mental. Finalmente, los estados, la comunidad y las organizaciones sociales también tienen una responsabilidad en generar espacios de cuidado públicos. 

Al concluir la conversación, quedan algunas preguntas por reflexionar: 

¿Cuidamos nosotras de quien nos cuida?
¿Estamos siendo cuidadas por quienes cuidamos?
Al ser cuidadas, ¿cómo reconocemos y agradecemos las labores de cuidado?

Puedes revivir el Vita Fest aquí.

Cansada de no poder estar cansada

Post: G.S.

Durante el VitaFest, experimentamos el formato desconferencia, un espacio donde cualquier participante podía sugerir y votar el tema a debatir. Y entre los tópicos más votados surgió el cansancio como tabú. Allí y en ese momento, mujeres y diversidades descargamos nuestras reflexiones retenidas y silenciadas por tanto tiempo. 

Como activistas, periodistas y como mujeres enfrentamos una sobrecarga de labores y demandas sobre nuestro tiempo y disponibilidad.

¿Por qué me da culpa sentirme cansada? ¿Tengo que poder con todo yo sola? ¿Necesitar descansos me hace menos valiosa? ¿Qué estoy tratando de probar mostrándome invencible e incansable?

Como activistas, como periodistas, como mujeres activas en la sociedad civil y en la agenda de derechos, enfrentamos una sobrecarga de labores y también de demandas sobre nuestro tiempo y disponibilidad. Se nos exige estar en muchos frentes; en el cuidado de la casa, del trabajo, de las relaciones. Y siempre bellas, radiantes, sin chistar.

Nuestra cuerpa es integral y en ocasiones emite muchas alertas, llamados para que paremos. Son los dolores de espalda, el malestar en los pies, la sensibilidad en el estómago, los ojos que lagrimean, la irritabilidad en el humor. Somos nosotras gritando y no nos estamos escuchando. 

Nos auto-convencemos de que no es para tanto y nos sentimos culpables por darnos un momento libre. Nos castigamos por sentir el malestar y presionamos a seguir y seguir, en lugar de descansar. 

Merecemos aprender a poner un freno y dejar de violentar a nuestra cuerpa al ignorarla.

¿Te gustaría al menos intentarlo? Aquí te van algunos tips que logramos reunir entre todas durante la desconferencia en VitaFest:

  • Agenda tiempos “para tí” todos los días. Eso te ayudará a ponerte entre tus prioridades. Pueden ser tiempos para hacer algo concreto que te guste o simplemente “hacer nada” y desconectarte de las obligaciones. 
  • Dedícate momentos para compartir con otres que te hagan sentir querida.
  • ¡Sacude el sedentarismo! Puedes hacer yoga, aprovechar la rutina de cuidado de tus mascotas para salir a caminar, poner la lista de Spotify de Vita y bailar por la casa.
  • Conéctate con el aquí y el ahora. Centrar la atención en las sensaciones y manifestaciones de la cuerpa es un buen entrenamiento para el disfrute. Puedes buscar ejercicios de Mindfulness.
  • Busca apoyo. Si tienes los recursos, puedes iniciar una terapia. También puedes compartirle a alguien que necesitas ayuda, y aprender a delegar tareas. Esto también es una muestra de confianza hacia nuestro entorno.
  • Aplica la higiene del sueño y cuida los ciclos de descanso.
  • Recuerda que si puedes ser dulce y compasiva con otras personas, también puedes ofrecerte eso a ti misma y poner límites. Esto cuenta para familia, amistades y relaciones laborales. No estar las 24 horas del día disponible para el resto es perfectamente sano.
  • Conócete para saber qué tipo de cosas te funcionan a tí. No todas nos relajamos o nos sentimos igual con las mismas cosas. ¡Estas sólo son sugerencias!
Tips de autocuidado contra el cansancio: conócete para saber qué tipo de cosas te funcionan a tí. No todas nos relajamos o nos sentimos igual con las mismas cosas.

Si estás experimentando estrés, trauma, crisis, cansancio crónico y/o violencias de género, contáctanos. No estás sola.

Puedes revivir el Vita Fest aquí.