Narrativas positivas, una alternativa de esperanza

Post G.S.

Al ingresar a las redes sociales nos llegan cientos de estímulos y mensajes. Algunas noticias sobre ajuste, represión y violencia. Estados en WhatsApp sobre robos e inseguridad. Imágenes angustiantes de animales o niñes sufriendo en algún lugar. Es posible que, rápidamente, sintamos tristeza, frustración e indignación, y a la vez lo reflejemos en nuestros propios perfiles.

El texto de alguna story lamenta: “¿Por qué las cosas terribles le suceden a quienes menos lo merecen? ¿Ya nadie se preocupa por el prójimo? Al final parece que conviene ser una basura egoísta”.

Y así, el mensaje de la desesperanza se replica y continúa. Tristeza, indignación, impotencia. Tristeza, indignación, impotencia. Tristeza, indignación, impotencia. Parálisis.

Para que el mundo sea un lugar que habitemos con disfrute, un lugar justo, diverso, amable, en el que podamos conectar y desarrollar nuestros sueños más potentes, necesitamos una alternativa. Tanto si eres periodista, activista, o parte de las audiencias que quieren narrar y percibir el mundo de una forma más alentadora, en este artículo te presentamos una posibilidad desde la comunicación basada en la esperanza.

¿Por qué caemos en este ciclo, si sabemos que no nos hace bien?
No se trata de que seamos tontas, incapaces o masoquistas. Ni tampoco es que nos sucede sólo a nosotras. Es que así funciona el cerebro humano y las plataformas aprovechan este funcionamiento para generar rédito.

La neurociencia dice que cuando recibimos estímulos alarmantes del mundo, nuestra amígdala (parte del sistema límbico, que regula las emociones) detecta una amenaza. No importa si ese estímulo es “real” o digital, o si nos afecta directamente. La amígdala liberará cortisol (la hormona del estrés) y entraremos en modo huída, ataque o parálisis. Se nos acelera el corazón y se apaga la corteza prefrontal, que se encarga del pensamiento racional.

Así, el terreno queda preparado para que viralicemos ese posteo angustiante. Y no casualmente, los contenidos que despiertan miedo, rabia o impotencia son los privilegiados por los algoritmos. Esto funciona gracias a cuatro características de las redes sociales:

  1. Funcionan como un espacio de competencia permanente entre millones de contenidos que tratan de captar nuestra limitada atención.
  2. Son preponderantemente visuales y premian las imágenes fuertes/impactantes.
  3. Se adaptan a los consumos más frecuentes y además los refuerzan.
  4. Hacen circular y amplían lo que sea que cause más interacción, en muchísimos casos, informaciones cortas, falsas y lanzadas sin contexto.

¿Por qué es importante romper el ciclo?
Cuando estamos constantemente expuestas a mensajes aterradores y desesperanzadores que despiertan el estado de supervivencia, aparece lo que Per Espen Stoknes llama “fatiga apocalíptica». Nos agotamos, tratamos de evitar pensar en ello y las problemáticas sociales nos parecen demasiado grandes, complejas o lejanas en el tiempo para abordarlas efectivamente. Básicamente nos resignamos y se reduce nuestra voluntad para responder. Todo lo opuesto a lo que necesitamos en la búsqueda de un mundo mejor.

Y en poblaciones resignadas e impotentes, se termina gestando la necesidad de protección y estabilidad. Algo que aprovechan inteligentemente las figuras mesiánicas y autoritarias, muchas veces cuestionando la democracia y el Estado, haciéndonos creer que todo está perdido para tener vía libre.

¿Qué puedo hacer para CREAR contenidos que inspiren a otres a trabajar contra las injusticias?

Thomas Coombes propone como modelo la comunicación basada en la esperanza, que consiste en encontrar la esperanza en cualquier historia y situación. 

Esto no es sencillo, y cualquier persona incrédula diría que significa “fingir demencia” e ignorar lo negativo para no hacernos cargo. Todo lo contrario. Cuando hablamos de esperanza, no nos referimos a “ser positivas” y pensar que “todo es perfecto tal y como es”. Sino a mirar los desafíos con la motivación de encontrar una solución y proyectar un futuro mejor. 

¿Y cómo se hace? A través de 5 cambios narrativos:

1. Pasar del Miedo a la Esperanza: Cuesta imaginar futuros justos y equitativos porque no solemos verlos plasmados en ningún lugar. Entonces la propuesta es que, en lugar de centrarnos sólamente en lo que tememos y repudiamos, comuniquemos hacia dónde queremos ir, qué modelo de mundo es el que queremos lograr con nuestras luchas.

2. Pasar del Problema a la Solución: Es importante visibilizar las problemáticas sociales, pero los activismos también podemos nutrirnos de ofrecer soluciones claras. Visiones y caminos recorridos por otres para afrontar esta situación. Alternativas.

3. Pasar de estar «En Contra de» a estar «A Favor de»: Hablar de los valores que sostenemos es mucho más inspirador y nos permite conectar mejor con quienes nos leen que enfatizar las situaciones a las que nos oponemos. Además, así dejamos de darles difusión gratuita. 

4. Pasar de la Amenaza a la Oportunidad: Interpretar una situación como amenaza, le quita la potencial de transformación. Es útil apelar a valores compartidos entre “los bandos” de un conflicto, por ejemplo, para activar en la audiencia un sentido de humanidad compartida y la creencia de que somos parte de un todo. 

5. Pasar de Víctimas a Humanas: Las historias de sobrevivientes, de luchadoras, pueden despertar la empatía y el respeto. Son personas con agencia, que de formas complejas y diversas fueron capaces de gestionar sus vivencias. Son fuente de inspiración clave para aprender y multiplicar sus fortalezas.

¿Y qué podemos hacer para PERCIBIR las alternativas e imaginar un mundo mejor?

  1. Elegir a qué medios y creadores de contenido les regalamos nuestra energía.
  2. Tomar descansos de la exposición mediática.
  3. Conectar con personas que practiquen el cuidado y apoyo mutuo y con actividades que nos llenen, apasionen y den calma.
  4. Tener visión crítica de lo que consumimos. No todo lo que se publica es real o muestra el panorama completo.
  5. Mantener una actitud abierta a encontrar la esperanza, la solución o la inspiración en cada encuentro con amigues, familia, en cada historia cotidiana o extraordinaria.

Los mensajes movilizan cuando van más allá de lo intelectual. Las ideas viajan a través de las emociones. Y no sólo la agenda de la violencia debe guiar la comunicación*. No podemos vivir sólo del miedo, la rabia, la indignación y la frustración. Balanceemos nuestra “dieta emocional” y también sumemosle el goce, el disfrute, los afectos y los sueños. Recompensas necesarias por las cuales valga la pena sostenernos, luchar y mirar hacia adelante. 

Fuentes y recursos para ampliar

Estudio de Mutante.org sobre por qué se difunden más los contenidos sobre inseguridad en las redes
Charla TED de Per Espen Stoknes “Cómo transformar la fatiga apocalíptica en acción contra el calentamiento global” 
Capacitación “Del apocalipsis a la esperanza”, Puentes + Inspiratorio
Curso sobre Periodismo de soluciones, Knight Center 
“Hope, not fear: A new model for communicating human rights”, de Thomas Coombes
*Capacitación interna sobre comunicación y redes con Revista Volcánicas 
VitaFest 2023: Desinformación, Malainformación y Bienestares Digitales